Escoger la golosina para tu perro

Seguramente has optado por darle golosinas a tu perro más de una vez. No eres el único ya que  es que es una de las formas más común de educar, alimentar y cuidar a las mascotas.

Sin embargo, debes considerar que éstas deben ser solo el 10 por ciento de la alimentación para evitar inconvenientes de salud y nutrición. Saber qué hay en los snacks que le das a tu mascota, así como de dónde provienen estos ingredientes, es un detalle que no debes pasar por alto.

Ésta y otras curiosidades referentes a las golosinas son el tema de esta edición, donde te ayudaremos a encontrar a la mejor, más económica y más nutritiva delicia para consentir a tu perro.

1. Golosinas crujientes

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Son las más utilizadas en los entrenamientos por su sabor y textura, además están disponibles en una variedad de sabores, formas y tamaños.

En general, los propietarios deben aspirar a una buena combinación de chuches de poco valor y alto valor.

Las golosinas de bajo valor pueden usarlas a menudo para respuestas promedio y las de alto valor para cuando necesite un señuelo más fuerte o cuando el perro responda particularmente bien y quieras dar una gran recompensa.

2. Golosinas suaves

Son las ideales durante el entrenamiento para gratificación inmediata por ser -en su mayoría- de tamaños pequeños. Son perfectas ya que solo un pequeño bocado rápido es suficiente para que estén listos para seguir entrenando sin mucha distracción.

Una buena variedad de bocadillos también asegurará que tu amiguito se mantenga interesado en su entrenamiento, así que mezclar las crujientes y las suaves sería una excelente estrategia.

3. Golosinas liofilizadas y secas

La liofilización es un proceso de conservación cuyo resultado es un alimento similar al deshidratado, que se puede guardar durante mucho tiempo.

Las golosinas liofilizadas, cuando se preparan especialmente para perros, ofrecen un sabroso bocado similar a la comida humana.  Generalmente están disponibles en una variedad de formas, como carnes, hígado, aves de corral y mariscos.

4. Masticables dentales y golosinas parecidas a los huesos

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Es importante aclarar que éstas no están hechas de huesos de animales. Algunas están hechas de almidón de maíz u otros materiales digestibles.

Aunque son recomendadas para fortalecer la salud dental, deben suministrarse con cuidado ya que si tu mascota llega a tragarse un pedazo, puede caer en una emergencia por obstrucción intestinal. En todo caso siguen siendo más seguras que los huesos de animales verdaderos.

Muchos propietarios creen que si está hecho para un perro, automáticamente es seguro para ellos, pero eso no es necesariamente cierto.

No todos son seguros: Al momento de comprar un hueso de cuero trata de hacerlo en tiendas de animales y que en su empaque vengan todos los datos. Hay muchos huesos tóxicos en el mercado, generalmente los más económicos.

5. Huesos y pezuñas de animales

Por ningún motivo deberías suministrarle huesos de animales –olvídalo si son de pollo-a tu mascota. Es un error muy común que podría conllevar a la muerte del animal debido a una perforación u obstrucción gastrointestinal.

Las pezuñas de ganado son ideales para perros mordedores mas no así para cachorros ya que al ser muy duras, los más pequeños terminan aburriéndose y olvidándose de ellas. Por otro lado, muchos dueños se quejan de que el olor es desagradable y por eso no son tan populares.

6. Orejas de cerdo

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Son muy populares pero contraindicados por la gran cantidad de grasa que poseen. Deben evitarse sobre todo en animales con sobre peso o con riesgo de obesidad.

Muchas empresas de veterinaria han tenido que sacar las orejas de cerdo fuera del negocio después de los que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, según sus siglas en inglés) de Estados Unidos encontró la bacteria Salmonella en varios lotes del producto, que puede causar serios problemas de salud en los perros.

7. Cuero crudo

Algunos tipos de cuero crudo son desarrollados especialmente por expertos para ser digeribles y buenos para los dientes. Pregúntale a tu veterinario sobre las opciones.

También son especialmente útiles en la etapa en que los cachorros cambian su dentadura, entre los 3 y los 7 meses, pues sienten desesperación por masticar objetos que les calmen el dolor en sus encías. En este caso pueden ser la solución para evitar que muerdan los muebles de tu hogar.

8. Restos de comida humana

¿Quién no ha caído en la tentación de darle un poco de nuestra comida a esa pequeña bola de pelos? Sobre todo cuando te mira suplicándote con esos ojitos tiernos, sabemos que es un acto ineludible.

Sin embargo, debes evitar por todos los medios aceptar ese chantaje ya que puede ser perjudicial para su salud, sobre todo si la comida incluye quesos, salchichas, condimentos y galletas saladas.

Nunca le des ajo, uvas, chocolate, cebollas, nueces, pasas (excepto los cacahuetes, en realidad son legumbres) o cualquier cosa con cafeína, ya que puede presentar intoxicación alimentaria e ir a parar directo a emergencias.

Otra enfermedad que puede adquirir tu fiel compañero es la pancreatitis (que puede ser mortal y puede ocurrir incluso con una pequeña cantidad de alimento humano).

Algunas opciones pueden ser los alimentos frescos como las zanahorias, las manzanas, la carne magra, las aves de corral o los mariscos, las judías verdes crudas, rebanadas de plátano e incluso pedazos de sandía (sin semillas).

Al igual que con la comida humana, una gran cantidad de rellenos no son saludables. Los rellenos incluyen ingredientes como el maíz, el trigo o la soja, que algunos canes tienen problemas para digerir correctamente.

Además, cualquier cosa que contenga azúcar, sal o sabores artificiales se debe usar con moderación, ya que estos ingredientes también pueden causar reacciones en los perros, al igual que en los humanos.

9. Dieta especial

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Aunque tu compañero canino necesita de una dieta especial, eso no quiere decir que debe estar ajeno a las golosinas. Muchas compañías fabrican dulces especializados, así que asesórate bien con tu veterinario para saber  cuál es el que mejor le conviene a tu mascota.

En cualquier caso, también las puedes preparar en casa con los ingredientes permitidos. En la web se consiguen muchas recetas sabrosas y económicas. Las galletas y las hamburguesas llevan la batuta en este rubro.

Otra opción sería simplemente darle a tu amigo canino un juguete resistente con un poco de mantequilla de maní congelada en su interior. Los mantendrá ocupados durante horas y ¡no tendrás que preocuparte por los accidentes!

Además del sabor, hay otras características que deben poseer las golosinas para perros si las estás utilizando como premio durante el entrenamiento:

Tamaño: Los premios deben ser lo más pequeños posible para que el animal pueda comerlos súper rápido y no se distraiga demasiado de su entrenamiento, y así no terminan consumiendo demasiadas calorías.

Comodidad: Debe ser fácil de llevar en el bolsillo y definitivamente no ser grasosa ni desmenuzable.

Saludable: A menudo se olvida que las golosinas para perros deben ser saludables e incluso capaces de complementar la dieta normal de tu mascota con beneficios adicionales para la salud. Existen algunos que contienen un refuerzo en calcio, otros que son beneficiosos para el control del sarro, otros para el aliento y la higiene bucal en general.

Deliciosa: Obviamente, esto es más subjetivo, pero las delicias que le ofreces deben entusiasmar al perro, de lo contrario no funcionarán como una herramienta de entrenamiento. Ya sea que elijas un postre con sabor crujiente, dulce o con una textura carnosa es completamente tu decisión, ¡solo asegúrate de que a él le guste!

Lo mejor es ser precavido con cualquier golosina. No es que todas sean malas, pero antes de comprar cualquiera de procedencia dudosa, es mejor que investigues sobre posibles retiros del mercado y encuentres una marca con altos estándares en lo que respecta a los ingredientes y calidad.