Nada daña más una bici que una cadena que no se cuida y se rompe constantemente. Si eres de esos ciclistas que cuando hace una limpieza termina con grasa hasta en la cara, pero sin lograr quitar la suciedad de vuestra cadena, es hora de aprender cómo hacerlo.
No tengáis miedo de poner manos a la obra, hacer la limpieza correcta y regular, hará que cada vez sea más sencillo.
¿Qué tener en cuenta antes de comenzar a limpiar la cadena?
Lo primero que debéis saber es dónde debéis realizar el mantenimiento. Por supuesto, si tenis un espacio pequeño y solo podéis realizarlo allí, pues adelante.
Sin embargo, lo más aconsejable es hacerlo en un lugar abierto, fuera de casa para mantener los muebles sin rastro y cerca de un desagüe para poder depositar rápidamente los restos de agua y grasa que desprenderá vuestra bici sucia.
Otra cosa que debéis saber es que la bici debe estar parada y recta durante la limpieza, así que si no habéis convencido a un compañero para ayudaros en esta tarea lo mejor es apoyar la bici a un poste o usar un adaptador estilo rodillo de entrenamiento para mantenerla fija sin que represente una dificultad más.
Además del lugar debéis tener previamente a la mano todos los implementos necesarios para poder hacer la limpieza. Lo principal que debéis tener en este sentido es un buen aparato para limpiar cadenas, de esos que tiene rodillos y esponjas internas, un trapo, una esponja, un lubricante y un desengrasante.
Guía para limpiar la cadena
Primer paso: retirar la suciedad
Uno de los mayores problemas de dejar la cedan mucho tiempo sin lavarla es que luego la grasa acumula más suciedad, y esto se debe a que los bichos, polvo y basura de la calle termina adherida a la capa pegajosa que crea el exceso de aceite.
Para evitar esto o, si ya el daño está hecho, para lograr quitar las virutas de desecho antes de poder acceder al metal en sí de la cadena hay que retirar y raspar la cadena.
La forma correcta de hacerlo es tomar una esponja o cepillo y frotar con suavidad o sacudir la cadena para dejar que el polvo superficial se desprenda.
Segundo paso: Lavar y enjuagar
Luego de hacer una primera limpieza en seco debemos lavar con un poco de agua caliente y un chorro de detergente la cadena. Con el mismo cepillo podréis remojar las cerdas en el agua con detergente y ahora frotarlo sobre la cadena de forma que la arena pegada a las partes móviles e internas del tren motriz puedan removerse y desprenderse.
Este paso dejará a la cadena bastante seca y dura, pero la preparará para la etapa del desengrasante.
Para poder realizar el lavado de mejor manera, debéis ir rotando la cadena lentamente moviendo los pedales hacia atrás manteniendo la bici estática. Por ello, es importante mantenerla en una posición fija y asegurada.
Tercer paso: desengrasar
Este es quizá el más importante y en que solemos concentrarnos cuando se trata de limpiar la cadena. En este paso es esencial centrarse en el químico que se usa, bien sea en formato líquido, spray o incluido dentro de un dispositivo fregador con rodillos.
Lo ideal es buscar desengrasantes específicamente diseñados para bicicletas y no desengrasadores industriales. Sé que estos pueden ser una opción tentado porque son muy potentes, pero precisamente el poder abrazador de su composición puede dañar algunos de los componentes pequeños y delicados que existen la parte móvil de la cadena.
Contrario a estos, los desengrasantes que se fabrican para su uso en bicis suelen ser menos tóxicos para las personas y para nuestras manos, así que no habrá reacción alérgica. Además, están construidos con químicos cítricos no corrosivos o con fórmulas biodegradables que no harán demasiado daño.
Si tenéis una fórmula en spray será más fácil la aplicación debéis tener en cuenta que esta debe ser pareja y profunda, para lograrlo debéis hacer uso de un cepillo de dientes viejo y frotar la cadena luego de esparcir el líquido, así quedará impregnado hasta el último rincón de la cadena.
Si, por el contrario, tenéis un producto totalmente líquido os recomiendo echarlo primero sobre un trapo suave y frotar esta tela directamente en la cadena.
En el caso de que contáis con un dispositivo fregador, el trabajo será más sencillo porque solo debéis enganchar el aparato a la cadena y hacerla rodar mientras este hace uso de sus esponjas y rodillos interna para darle a vuestra bici una versión miniatura de un autolavado. Solo debéis recordar cambiar el desengrasante antes y después de cada uso.
Lo más importante en este paso es que el producto penetre en cada uno de los eslabones.
Cuarto paso: volver a limpiar
Un error muy común y fatal es creer que con el paso anterior de aplicar el desengrasante se termina el proceso de limpieza y lo cierto es que no. Aunque una vez aplicado, seguro notareis un brillo renovado y una textura lisa en vuestra cadena, esta será muy difícil de rodar estando así.
Por esto debéis de volver a lavarla, es decir, debéis quitar con un poco de agua los restos de desengrasantes que pudieron quedar acumulados como exceso en rincones.
Para hacerlo no debéis esparcir abundante agua con una manguera, todo lo contario, el lavado debe ser sutil. Lo mejor es aplicar un trapo húmedo sobre la cadena y hacerla rodar.
Luego de este paso, veréis como el trapo queda un poco negro a pesar de que la cadena parecía estar muy limpia.
Como consejo personal os digo que este trapo siempre lo llevo en mi bolso de herramientas detrás del sillín. Así, luego de cada paseo puedo darle un mantenimiento rápido a mi tren motriz con una frotada del tejido y de esta manera evito que el polvo que se queda pegado sea demasiado entre una limpieza profunda y la siguiente.
Quinto paso: re lubricar
Para que rodamiento de la cadena sea más cómodo y esta no se rompa debemos volver a lubricar, es decir, darle un toque de aceite para que el roce de las partes metálicas entre sí sea suave y delicado en lugar de golpeado y rudo.
Pero el error común no es no hacerlo sino hacerlo en exceso. Por ello, cuando hacéis el primer paso podéis ver una acumulación de alquitrán muy alta.
Para hacer esto de la mejor manera posible lo recomendable es usar un lubricante liviano y, nuevamente, especializado para piñones de bici. Incluso, podréis elegir lubricantes para vuestro tipo personal o modelo, hay lubricantes para bicicletas de bmx, para cadenas de cambio múltiples o para bicis eléctricas.
Es importante que tengáis en cuenta que este lubricante solo debe aplicarse a l cadena una vez esta está limpia y desengrasada. Debéis poner poca cantidad, la menor posible, y si notáis que se os va la mano en algún punto podéis volver a hacer uso del paño mágico de limpieza.
El lubricante debe penetrar en los eslabones, donde hacen contacto los engranajes y piñones, no en las áreas eternas y uniones fijas. Para hacerlo llegar a estas áreas debéis girar los pedales y aplicar del lado interno para obtener la máxima cobertura.
Bonus: dejar descansar el lubricante
Este lubricante podéis dejarlo reposar toda una noche y luego quitar su exceso a la mañana siguiente antes del uso definitivo, por eso siempre recomiendo hacer este mantenimiento de cadena un día antes de una importante o larga salida.
No os asustéis si parecen muchos pasos, una vez lo hagáis notareis que se trata de tareas sencillas pero que marcan una gran diferencia para que vuestra cadena ruede suavemente sin atascarse ni romperse.