Guía Para Novatos En La Degustación Del Café

El café es más que una simple bebida, existe desde tiempos inmemoriales y se ha hecho popular en casi todas las culturas, compartirlo va más allá de una taza para iniciar el día con energía o para afrontar una vorágine de compromisos diarios.

El café es magia, sabor y un sinfín de momentos importantes, buenos y malosen la vida de cualquier ser humano. No sólo es lo que usualmente bebéis a determinadas horas del día, en una conversación a pleno cotilleo entre colegas o lo que acompañáis con un buen postre, el café es la bebida que os acompaña siempre.

Si queréis despejaros del sueño y resistir otras horas más de estudio, una taza de delicioso y humeante café negro es lo más usado en estos casos con resultados inmediatos, cuando necesitáis un poco más de energía para acabar la jornada laboral, o en la tertulia de las tardes allí está el café, siempre.



Incluso, el café es vuestro compañero en esas horas interminables en el hospital mientras alguien cercano tiene algún dolor o vuestra hermana pequeña está de parto, el café es una parte esencial de la vida y, afrontémoslo, pasáis bebiéndolo, muchas veces, hasta más de la mitad de vuestra vida.

Pero una cosa es beberlo como un acto social y otra distinta es degustarlo. Para la cata debéis principalmente tener un conocimiento previo sobre el origen, los granos de café y el gusto que os deja en el paladar.

Tal vez habéis iniciado tomando café por misma razón por la cual lo hacemos la mayoría de nosotros: porque es delicioso, pero en este ínterin habéis despertado especial interés por su aroma, o el gustillo que os deja, así que eso te hace un entusiasta en serio. Además, si estáis empezando a diferenciar el gusto, la marca,los tipos de cultivo, la calidad y el origen, definitivamente sois del grupo de los amantes. Como amante seguramente ya tenéis claro que cada taza de café es única y con esto en mente convertiros en catador es apenas otro paso más.

Si sois de los entusiastas que aún se consideran novatos en el arte de degustar el café, esta guía es lo más adecuado para vosotros y os enseñará mogollón de cosas. Así que a por él ¡Y a disfrutar de vuestro café como los profesionales!

Degustación como práctica reflexiva

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Hay muchas razones por las cuáles existen los catadores de café. Tal vez la principal es por negocio, os dedicáis al cultivo y necesitáis empezar a diferenciar una especie de granos de otra, pero si no es el caso y sólo sois del grupo de los amantes, empezar la cata puede ser incluso más relajado y gratificante que mirar en la bolsa la cotización del quintal del café o preocuparos por la calidad del vuestro en contraparte al de la competencia.

Entonces, establecido que vuestro interés por el café no es económico, es casi seguro que dispondréis del tiempo para olvidaros de trabajo, compromisos, responsabilidades y hasta hijos y, por unos breves 30 minutos, ser uno solo con vuestra taza de café, probarla a conciencia, disfrutarla en su totalidad y empezar a desmenuzar entre gustos y aromas desarrollando vuestro propio espectro sensorial alrededor de vuestra bebida.

Si estáis en este proceso es bueno que os hagáis una serie de preguntas ¿Me gusta o no? ¿A qué sabe? ¿Cómo describiría este sabor? ¿Es bueno por qué? o ¿Es malo por qué? ¿Se parece a algo que haya probado antes? ¿lo mejora o supera? ¿Cuál es su origen? ¿todos los de su origen saben igual? Ir contestándoos estas preguntas os ayudará a haceros una idea de cuál taza de café hace parte de las del montón y cual puede calificarse, por decir lo poco, como sencillamente perfecta.

Formas de probar el café

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Probar el café no es sólo cosa de echar un par de granos molidos a la cafetera y de allí colocarlos en una taza, es tomaros el tiempo de saborear y entender todo el procedimiento que ha llevado a los granos de esa planta cultivada en Indonesia, África, Brasil o Colombia hasta vuestra taza para una bebida mágica y maravillosa.

Existen mogollón de formas para probar el café, ya os he mencionado algunas, sin embargo, en todas ellas hay una serie de aspectos que deberéis considerar para determinar qué tan buena o tan mediocre puede resultaros esta bebida. Los muy expertos han decidido enmarcar la cata de café en diversas categorías y dependiendo del nivel que cada taza alcance en cada una de ellas estaremos en presencia de una buena o mala taza de café, estas categorías son:

Dulzura

Al hablar de la dulzura del café obviamente no nos referimos a la que adquiere una vez ha sido endulzado tras su preparación y que es artificial, sino algusto en sí mismo de la bebida una vez molida y preparada sin haber sido mezclada con algo más que el agua caliente que usualmente se emplea en su preparación.

Para entender el tipo de dulzura del café debéis probarlo bien, tratar de detectar qué tipo de azúcar os recuerda ese sabor en específico, como sabréis existen diversos tipos de azúcar, todas cumplen su función de endulzar, pero cada una es distinta de la otra. Lo mismo ocurre con los diversos tipos de café, aunque los cafetos son, en esencia, amargos, en ellos también hay un tipo específico de dulzor que hacen de esta bebida algo realmente único, así que al tratar de detectar su dulzor es esencial que os fijéis en estos detalles.

La dulzura del café, además, os aportará información de interés: el origen, el tipo de grano, las características del cultivo, entre otros detalles, incluyendo el tipo de molienda, si aprendéis a descubrir bien estos elementos rápidamente los notaréis en cada probada.

Cuerpo

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Al igual que con el vino o la cerveza, el café tiene cuerpo, esto, conceptualmente, no es más que la sensación de gusto y espesor que os deja la bebida en vuestras papilas gustativas y lengua cuando se encuentra dentro de vuestra boca. Así como en esas otras bebidas de cata, el cuerpo del café puede ser ligero o fuerte.

Si sois principiantes, tal vez poneros de acuerdo en este punto puede complicarse, sin embargo, sólo es cosa de entrenamiento y de que probéis mogollón de tazas de café para que podáis notar las diferencias entre unas y otras. El cuerpo, por supuesto, también os dará información de interés acerca del tipo de grano que ha sido utilizado para la preparación de la bebida, si son, por ejemplo, de cultivo arábica, de la especie robusta o de cualquier otro de los tipos de cafetos que conforman esta familia y hasta la forma como ha sido preparado.

Usualmente los granos que han sido molidos dejando un polvillo grueso se preparan con facilidad en las máquinas de prensa francesa, casi siempre las bebidas preparadas de este modo tienen mucho cuerpo, entonces, dependiendo de la viscosidad, grosor y peso del líquido en vuestra boca podréis descubrir mogollón de cosas acerca de esta bebida.

Acidez

Este punto puede ayudaros a descubrir de donde son los granos y, en consecuencia, se convierte en una condición esencial a la hora de catar. Este aspecto, en particular os dirá qué tan afrutado o que tan floral es el gusto de los granos de café y de qué manera ese aroma afecta el resultado final una vez tostado y molido. La acidez pues, proporciona al café ese sabor chispeante y único que le caracteriza.

Uno de los trucos más comunes en degustación para determinar el tipo de acidez de un café, es que os toméis el tiempo necesario para probarlo sin prisas, no obtendréis el mismo resultado si os lleváis a la boca la taza humeante. En este caso, dejar descansar la bebida unos minutos, permitir que pierda algo de calor y luego probarla puede ayudaros mogollón a determinar el tipo de bebida de la que se trata según la acidez reinante en ella.

Sabor

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Como seguramente ya tendréis claro cada taza de café tiene un sabor distinto a otra, quizá parecido, pero nunca igual al de otra taza, así que al degustar llegará un momento en que vuestro paladar esté lo suficientemente afinado para que podáis diferenciar esas pequeñas notas de amargor o dulzor que hacen la mínima diferencia en cada taza.

Ya sea un expreso negro, un café frío u otra de las variedades de café preparadas, debajo de todos esos accesorios está la taza del producto puro que tiene un sabor único. A menudo esta sensación se asocia con evocaciones y recuerdos, así que lo que penséis o recordéis al momento de probar una taza de café es esencial para que podáis nombre a ese sabor.

Acabado

Este punto tiene que ver con lo queda después de la probada esa sensación que se aloja por minutos en el paladar y que es, en definitiva, el regusto final que se queda con vosotros una vez probada la taza, en el acabado se encuentra, pues, el verdadero gusto del café que se aloja en vuestros sentidos y que os hace identificar a la taza por una especie o cultivo específico o por un grosor en particular. El acabado es, finalmente, vuestra última impresión, lo que os ayuda a determinar si os habéis tomado un Espresso o alguna otra variedad.

Id más allá en calidad e intensidad

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Catar un café no es sólo determinar cuán ácido o dulce puede llegar a ser la bebida en sí misma, sino la sensación que esto os produce en la cata. No todos los dulzores seducen ni toda la acidez resulta desagradable. Una inteligente y equilibrada mezcla de ambos pueda dar lugar a la concepción de una perfecta y única taza de café.

Prestad atención y convertiros en verdaderos amantes

Al poner énfasis en cada uno de los aspectos que conforman la cata, sin querer os iréis convirtiendo en expertos y tendréis la capacidad de debatir con otros profesionales, baristas o conocedores del café acerca de la procedencia o maravillas de una taza en particular, esto no solo os convierte en expertos también, sino en verdaderos amantes del café.