Las 12 Maneras De Impulsarte A Ir Al Gimnasio Y Vencer La Pereza

Levantarse del sofá no es fácil, lo sabemos, pero es parte de llevar una vida saludable. Si hace frío, solo queremos acurrucarnos y tomar una bebida caliente y si el clima es cálido, la idea de tener que lidiar con el calor, borra todas las ganas de un cuerpo fitness de nuestra mente.

Sin embargo, siguiendo ciertas pautas podrás motivarte a ir al gimnasio más fácilmente de lo que imaginabas.

1. Consigue un compañero de entrenamiento

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La compañía es una de las mejores motivaciones que existe. Un buen amigo que te incentive a seguir una rutina de ejercicios es fundamental, eso sí, consigue a alguien responsable y que se comprometa con las metas que tienen en conjunto, pues en caso contrario, el sabotaje no se hará esperar y terminarán en casa viendo películas en Netflix.( Netflix)

Estudios demuestran que si tus amigos hacen ejercicio, es más probable que también tú lo hagas. Sentir que alguien está contando contigo para ir al gimnasio, puede ser un factor clave para que no abandones tus planes.

Además, compartir el tiempo, las anécdotas, los avances y logros te servirá de motivación, así como las risas y las palabras de aliento de las personas son cosas que el dinero no puede comprar.

Si no encuentras un amigo interesado, considera la posibilidad de invitar a un compañero de trabajo. Podrían quedar para ir al gimnasio después del trabajo o durante la hora del almuerzo.

Incentiva a tu pareja. Verás que la intimidad y complicidad en la relación se realzará si comparten actividades.

También puedes invitar a toda la familia y compartir tiempo de calidad y experiencias nuevas.

2. Establece un plan

Toda meta sin un plan es solo un sueño, así que si en realidad quieres ver resultados en tus visitas al gimnasio, establece un plan y trata de apegarte a él.

Define si quieres perder peso, aumentar el volumen de tu masa muscular o solo distraerte un rato y concentra toda tu energía en conseguirlo. Eso hará que te enfoques en tu objetivo y tengas menos probabilidades de abandonarlo.

Es posible que a estas alturas solo estés pensando en los regalos de navidad pero si desde ya te trazas un plan, podrás estar en forma a tiempo.

Sin embargo, es importante establecer metas realistas. Si apenas puedes levantar la barra o te sientes extenuado al montar 15 minutos la bicicleta, es mejor que te vayas olvidando del maratón.

Sigue el ejemplo de los atletas olímpicos. Ellos por lo general mantienen objetivos claros y realizables diseñados para ser alcanzados a corto plazo, en lugar de establecer metas a largo plazo y sin etapas intermedias.

Trata de fijarte un objetivo mínimo y luego ir subiendo las expectativas cuando hayas cumplido con éxito la meta anterior.

3. Aprovecha las primeras horas del día

Si deseas rendir tu tiempo, las primeras horas de la mañana harán más productiva tu rutina de ejercicios.

Ten a la mano tu ropa de ejercicios y programa tu reloj de alarma con una canción que alegre tu día, eso te motivará a salir de la cama.

Al realizar actividades físicas en la mañana, optimizarás la energía durante el resto del día. Aunque sabemos que será difícil despegarse de la cama los primeros días, una vez que hayas establecido el ritmo se te hará más fácil ir al gimnasio pues tu cuerpo se sincronizará y mejorará tu rutina matutina.

Además, a la larga evitarás las excusas de la falta de tiempo o la típica: el trabajo te dejó sin fuerzas para ir a entrenar.

No te olvides de comer si tu entrenamiento es muy temprano. Consume un desayuno que incluya proteínas, una fruta o verdura y un carbohidrato complejo como el pan integral. Esto ayudará a tu cuerpo a mantenerse con energía durante todo el día y listo para un entrenamiento completo.

4. Vístete para la ocasión

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Hacer ejercicios es una de las mejores maneras de combatir la depresión de invierno. Aunque el frío de esta época te invite a seguir en cama, motívate usando ropa deportiva a la moda. Ponte tus pantalones de yoga favoritos y utiliza los implementos que consideres necesarios. Psicológicamente le estarás mandando la información correcta a tu cerebro para que no abandones la meta.

Recuerda que cuando estamos bien vestidos y estamos cómodos, aumenta nuestra confianza y nos sentimos con más ganas de comernos al mundo, además, querrás salir de casa a “desfilar” tu nuevo atuendo.

Algunos dispositivos electrónicos en los que puedes descargar aplicaciones de acondicionamiento físico también pueden ser de gran ayuda para salir por la puerta directo al gimnasio.

Una de las claves que mejor funciona es cambiarte la ropa al salir del trabajo. Una vez que estés vestido para la ocasión, será más difícil que te desvíes de la ruta para llegar al gimnasio.

5. Visualiza el éxito

Utiliza las imágenes mentales para motivarte. La visualización es una herramienta exitosa que se ha utilizado a lo largo de los años en atletas de alta competición. Cierra los ojos y visualiza la figura que deseas alcanzar y adicionalmente, piensa en cómo te verías usando un atuendo que tienes muchos deseos de usar.

Cada vez que te sientas desmotivado y tus ganas de quedarte en casa sean más grandes que las ganas de ir al gimnasio, trata de imaginar cómo te sentirías si alcanzaras tu meta.

Cierra los ojos y visualiza el cuerpo saludable que deseas obtener, eso te acercará un poco más a tu objetivo. También puedes escribir eso que deseas en un pedazo de papel y colocarlo en algún lugar donde lo veas frecuentemente en la oficina o en la casa (puede ser en la nevera o en el espejo). También puedes colocarlo en un cajón que sabes que abrirás todo el tiempo si no quiere que nadie lo vea.

Piensa en todos los beneficios mentales del ejercicio y cómo te sentirás después de una buena tanda de entrenamiento, eso incluye la explosión de endorfinas, una mente clara y mucha más energía.

Puedes optar también por visualizar el obstáculo. Identificar lo que te está frenando es una técnica que llama contraste mental. Después de que imaginas el obstáculo, puedes averiguar qué puedes hacer para superarlo y hacer un plan

6. Lleva un registro de tus ejercicios

Registrar tus entrenamientos y tus avances, pueden llenarte de ánimo cuando tengas deseos de abandonar el gimnasio. Es muy probable que estés avanzando pero no te darás cuenta si no llevas un registro de tu progreso.

Un buen consejo es establecer una línea de tiempo, por ejemplo, cada dos o tres semanas. Poder ver en físico los avances en cuanto a resistencia o aumento de peso puede ser crucial para motivarte a regresar al gimnasio cada día.

Compartir tus progresos con tus amigos o tus redes sociales puede motivarte a alcanzar el éxito por el que has estado luchando

7. Varía tus entrenamientos

La monotonía es capaz de aniquilar cualquier motivación. Nadie puede soportar meses y meses haciendo el mismo ejercicio, la rutina exacta o usando las mismas máquinas. Si no varías, terminarás abandonando.

Para evitar esa fluctuación en tu ánimo, diseña una rutina semanal que varíe cada grupo muscular. Por ejemplo: dedica los días lunes al entrenamiento de piernas, los martes a hacer aeróbicos,  los miércoles a definir el pecho, y así sucesivamente.

Si te está costando mucho salir de casa, puedes optar por armar tu propio gimnasio casero, si el espacio y el dinero así te lo permiten.

Mezcla cardio y pesas. Si eres de los que prefieren correr en la cinta durante 45 minutos, considera mezclar tu rutina. Verás como la variedad te animará.

Corre durante 15 minutos y luego prueba con un circuito de pesas.

8. Descansa lo suficiente

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Una cosa es que estés motivado a mejorar tu físico y otra es que  dediques todo tu tiempo y energía en el acondicionamiento. Tener suficiente descanso es parte fundamental del progreso, si no lo haces, puedes estar afectando negativamente tu cuerpo.

Ningún ejercicio compensará la falta de sueño y los estragos en el cuerpo.

El tiempo de recuperación es obligatorio y necesario para reponer las fibras musculares que se han desgastado durante el entrenamiento. Su tienes demasiado dolor en los músculos, -tanto como para que te impida desenvolverte bien en tus actividades- es una señal de que debes parar.

La otra señal de que estás siendo excesivo con el entrenamiento es el agotamiento. No es lo mismo sentirse perezoso que cansado. La primera puede ser una excusa y la segunda, una verdadera razón para tomarse un descanso.

También puedes notar si estás teniendo episodios de insomnio. La privación del sueño suele ser tan perjudicial para tu avance en la consecución de tu objetivo, como para tu salud mental.

En los tiempos de descanso, no olvides mantener una dieta acorde a tus objetivos. Los bocadillos saludables te serán de mucha ayuda.

No solo puedes comerlos los días que no entrenes. Ingerir un bocadillo 45 minutos antes de entrenar puede darte un plus de energía suficiente para que rindas mucho más. Prefiere los carbohidratos con algo de proteína, como una manzana con mantequilla de maní.

Si el cansancio te está ganando la batalla, puedes optar por tomar pastillas energéticas y así ayudarte a alcanzar tu meta sin contratiempos.

9. Recompénsate más a menudo

Una recompensa trae más beneficios de los que imaginas ya que nuestro cerebro la asocia con satisfacción.

No necesariamente tiene que ser un premio que te aleje de tus objetivos, puede tratarse de un batido de proteínas o sentarte a ver tu serie de televisión favorita luego de una clase de spinning

Se trata de crear un bucle de hábito neurológico donde se involucre la rutina de ejercicios y la recompensa. Ésta puede ser tan eficaz que el cerebro puede aferrarse a ella, estableciendo la premisa de que el comportamiento vale la pena.

El método de la recompensa suele servir para los principiantes, pero con el tiempo el cerebro comienza a asociar el sudor, el esfuerzo y el dolor con las endorfinas, mejor conocidas como las hormonas de la felicidad. Pronto la recompensa será el mismo entrenamiento.

10. Enamórate del ejercicio

Si sientes que ir a entrenar es una tortura, debes buscar otro tipo de actividades con las que te sientes más a tus anchas.

Si haces de vez en cuando una clase de spinning pero sientes que no es lo tuyo, prueba con aeróbicos. Si utilizas las clásicas máquinas para aumentar masa muscular pero te aburres, prueba con pesos libres y así, hasta que por fin descubras el entrenamiento ideal para ti.

Recuerda que no todo está escrito y que hay para todos los gustos pues en caso contrario, no es de extrañar que abandones el gimnasio más temprano de lo que te imaginabas.

11. Plantéate un entrenador personal

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Puede que un experto encarezca bastante la alternativa de ejercitarte pero al diseñar un programa personalizado basado en tus objetivos, mostrarte cómo usar el equipo adecuadamente y brindarte consejos sobre nutrición, es más factible que alcances la meta en menor tiempo.

Además de motivarte a ir a diario, un entrenador te dará las herramientas para que no inviertas ni tu tiempo, dinero ni esfuerzo en vano.

12. Compara los beneficios financieros

Considera el costo que tiene no ir al gimnasio y compáralo con los beneficios que recibes. Cada mes que no asistes, puede que malgastes tu dinero sin recibir nada a cambio.

Si piensas en los gastos en los que ya puedes haber incurrido: como zapatos, equipo y ropa de entrenamiento adecuados necesario para hacer tu sesión de gimnasia más cómoda, además de accesorios como guantes de boxeo, muñequeras, tobilleras, entre otras y aún no los has utilizado, ¿necesitas otra excusa para no comenzar ya mismo tu entrenamiento?

Por otra parte, muchos gimnasios ofrecen con su membresía un paquete de sesiones de entrenamiento personal, eso incrementa significativamente el costo y si aún no has tomado la primera, significa un despilfarro de dinero.